Matxín, el vínculo español con el ganador del Tour

Matxín, cuyo apodo proviene de su primo Carlos Machín (exciclista profesional), siempre ha sentido una fascinación especial por las categorías inferiores del ciclismo. Le gusta la autenticidad de los juveniles y tiene buen ojo para captar talento. Dirigió el filial joven del Mapei, que contaba a principios de siglo con Cancellara, Michael Rogers oPozzato. Condujo luego al Saunier Duval, con el que vivió hiel y miel. Y adiestró hace unos años a la cantera del Deceuninck (entonces Quick Step). Allí supo de Pogacar. Fue a verlo a Eslovenia, cuatro o cinco años atrás. Se quedó prendado, le hizo una prueba y comprendió que había descubierto un crack.

Surgió para Matxín la opción de comandar el Emirates con su inseparable Mauro Giannetti. Y lo primero que hizo fue reclutar a ese joven esloveno, tan tranquilo y de gustos sencillos que nunca se ponía nervioso. Como el proyecto del patrocinador árabe es de largo recorrido, el director vizcaíno renovó a Pogacar durante la última Vuelta por tres años más. Lo tiene atado en un contrato extenso, inusual en el ciclismo.

«Tamau Pogi» (el «pequeño Pogi» como se le conoce a Pogacar) posee otro lazo español. Uno de sus preparadores es el vasco Íñigo San Millán , responsable de entrenamientos del Emirates y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, donde realiza trabajos de investigación en el metabolismo celular, la diabetes, enfermedades cardiometabólicas y cáncer.